Francia sigue sumida en la inestabilidad política. La Asamblea Nacional votó el lunes mayoritariamente en contra de la moción de confianza que convocó el hasta entonces primer ministro francés, François Bayrou, lo que propició su dimisión. Un mes antes, Bayrou había propuesto un controvertido plan de austeridad con el que quería congelar las pensiones, eliminar días festivos y ahorrar hasta 44.000 millones de euros en recortes fiscales. 

El martes, solo un día después de su renuncia, Emmanuel Macron nombró a su ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, como sucesor al frente del cargo. El exministro se convierte así en la cuarta persona en asumir el puesto en dos años. Entre sus responsabilidades inmediatas está la de renegociar la propuesta de Bayrou e intentar estabilizar el panorama político francés, azuzado por las tensiones sociales y un profundo endeudamiento. Algunos partidos de la oposición ya se han pronunciado y presionan para que se celebren elecciones anticipadas.