El presidente estadounidense, Donald Trump, vuelve a endurecer su posición contra Rusia. El Departamento del Tesoro anunció este miércoles un paquete de sanciones contra dos de las principales petroleras del país: Rosneft y Lukoil. La medida, muy similar a la tomada hace una semana por el Reino Unido, es especialmente relevante puesto que es la primera vez que Trump toma esta clase de decisiones contra el Kremlin desde su vuelta al poder a inicios de este año. No obstante, la Casa Blanca ha mostrado su deseo de revocar las sanciones, pero para ello —afirma— es necesario que Putin dé garantías de acabar con la guerra, algo que no parece estar cerca. Este mismo miércoles, Rusia lanzó varios ataques sobre Kiev y otra decena de localidades ucranianas y terminó con la vida de al menos siete personas, entre ellas un bebé de seis meses.

En consonancia con Estados Unidos, la Unión Europea aprobó el jueves un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, también dirigido principalmente contra el sector energético. Entre las sanciones más destacadas se encuentra el veto progresivo a las importaciones de gas natural licuado y la inclusión de hasta 117 nuevos barcos en la lista de la “flota fantasma” que Rusia utiliza para transportar petróleo hacia Europa de manera ilegal. También se han restringido los movimientos de diplomáticos rusos en suelo europeo y se han impuesto sanciones a empresas extranjeras que colaboran con el Kremlin a la hora de evitar los controles europeos. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha agradecido en público la toma de acciones concretas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea. Su homólogo ruso, Vladimir Putin, alertó el jueves del posible encarecimiento del petróleo como consecuencia de estas sanciones.