La ciudad brasileña de Belém se prepara esta semana para acoger, a partir del lunes, la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático (COP30). El jueves y el viernes de esta semana tuvo lugar la cumbre de líderes previa al inicio de la COP, que en esta edición tiene entre sus grandes objetivos la movilización de fondos para la acción climática de los países en desarrollo. En un acto celebrado esta semana, las presidencias de la COP29 de Azerbaiyán y la COP30 de Brasil anunciaron un plan estratégico para alcanzar al menos una recaudación de 1,3 billones de dólares por año hasta 2035 para los países en desarrollo.

Entre otras metas que se han establecido en esta COP está la de llegar a acuerdos para fijar precios al carbono, la creación de una tasa sobre el transporte aéreo y marítimo y nuevos impuestos sobre las ventas en determinados sectores, como la moda de lujo, la tecnología y los productos militares. El evento no está exento de polémica. Casi al mismo tiempo que Brasil acoge la cumbre en favor del clima, la compañía petrolera Petrobras ha recibido el permiso para iniciar perforaciones en la desembocadura del Amazonas.