Este lunes se ha cumplido un mes desde que entró en vigor el alto el fuego entre Israel y Hamás, pero la paz sigue siendo una realidad lejana en la Franja de Gaza. Desde el anuncio de la tregua, Israel ha violado el acuerdo en más de 280 ocasiones, según la Oficina de Medios del Gobierno de Gaza, y ha acabado con la vida de más de 240 palestinos. Gran parte de esos ataques tienen lugar en la llamada ‘línea amarilla’, establecida por Israel en el interior de la Franja y tras la cual se han replegado sus tropas. Las fuerzas israelíes dicen que sus ataques se producen cuando los gazatíes traspasan esa línea. Mientras tanto, el Ejército ha iniciado una campaña de demoliciones masivas en la Franja. Las imágenes satelitales muestran cómo se han llevado a cabo de forma sistemática en barrios controlados por Israel. Se estima que ya se han derruido al menos 1.500 edificios, aunque la cifra puede ser mayor. La oleada de demoliciones podría suponer una nueva violación del acuerdo de paz, según los expertos, algo que niega el Ejército, quien asegura cumplir todas las condiciones del pacto.  

En medio de estas operaciones, las condiciones de vida de la población gazatí siguen siendo muy precarias. Parte de los hospitales más importantes de la Franja se encuentran tras los dominios de Israel. La entrada de ayuda humanitaria sigue torpedeada, lo que impide a las organizaciones proveer de alimentos, luz, agua, gas u otros suministros básicos a la población. En paralelo, este lunes Donald Trump pidió formalmente al presidente de Israel que indulte a Netanyahu en las tres causas judiciales que arrastra desde 2019, cuando fue imputado por fraude, soborno y abuso de confianza. Y al mismo tiempo, continúan los ataques de colonos a ciudadanos palestinos en Cisjordania. La oficina de la ONU para los Derechos Humanos advirtió de que el mes pasado se registraron más ataques de este tipo —un total de 260— que en cualquier otro mes desde 2006.