Alemania anunció la suspensión de nuevos fondos de desarrollo para Ruanda y la revisión de sus compromisos existentes debido al supuesto apoyo de Kigali al grupo rebelde M23, que ha intensificado su ofensiva en el este de la República Democrática del Congo. El gobierno ruandés rechaza esa acusación, argumentando que solo protege su seguridad frente a milicias lideradas por la etnia hutu, que amenazan su estabilidad.

El conflicto en el este de Congo, alimentado por rivalidades históricas y el control de recursos minerales, ha escalado con la toma de nuevas zonas por el M23. Ruanda calificó la decisión alemana de “errónea y contraproducente”, acusando a Berlín de aplicar medidas represivas sin considerar su responsabilidad en la inestabilidad de la región.