En una escalada contra la disidencia, el Gobierno de Nayib Bukele ha detenido a Enrique Anaya, un abogado constitucionalista crítico del presidente, bajo cargos no comprobados de blanqueo de capitales, en lo que sus defensores califican como una campaña para silenciar voces críticas. Anaya, arrestado a pocos días de haber denunciado en televisión al mandatario como un “dictador” y un “déspota”, se suma a un creciente grupo de opositores, abogados, periodistas y defensores de derechos humanos que han sido arrestados, amenazados o forzados a exiliarse.
La Fiscalía General prepara también órdenes de captura contra varios periodistas de El Faro, medio que destapó supuestos pactos entre el Gobierno y pandillas, en medio de un ambiente donde la libertad de prensa y los derechos civiles están en decadencia con un Bukele que, apoyado por su alianza con Trump, mantiene un duro control sobre los poderes del Estado.