
La pausa en los ataques israelíes sobre el enclave gazatí se produce tras una ofensiva que ha arrasado prácticamente todo su territorio y ha asediado a una población sometida a una brutal escasez de suministros básicos, desde alimentos a asistencia médica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 12.000 pacientes necesitan ser evacuados de Gaza tras el alto el fuego; desde mayo de 2024, solo han podido salir de la Franja 480 pacientes que requieren atención especial. Además, se prevé la entrada de la imprescindible ayuda humanitaria: según la prensa egipcia, cientos de camiones con asistencia están estacionados en la ciudad de Al Arish, cerca de la frontera entre Egipto y Gaza, y se preparan para entrar en el territorio.
Aunque el acuerdo menciona la rehabilitación de hospitales y centros de salud, así como de la instalación de refugios para los desplazados que perdieron sus casas por los bombardeos, Naciones Unidas y varias organizaciones humanitarias han advertido de que reconstruir las zonas arrasadas de este territorio de unos 365 kilómetros cuadrados será una labor que puede llevar hasta quince años. El inicio del proceso de reconstrucción general de la Franja, en cualquier caso, es una cuestión que solo se abordaría en la tercera y última fase del acuerdo.