Israel inició este lunes una ofensiva con cientos de ataques aéreos sobre el sur y el este de Líbano que han dejado por el momento cerca de 800 muertos, además del mayor éxodo en Líbano desde la guerra que enfrentó a Israel y la milicia Hezbolá en 2006. Esta ofensiva aérea ha multiplicado los temores a una invasión terrestre de Líbano, en medio de la preocupación por la extensión regional de la guerra en Gaza. El propio Ejército israelí ha anunciado la movilización de miles de efectivos desde la Franja hacia el norte. El objetivo, según las autoridades israelíes, es eliminar la amenaza que supone Hezbolá y permitir el regreso a sus viviendas de cerca de 60.000 israelíes de la zona fronteriza con Líbano: son personas desplazadas a causa de los intercambios de fuego que se han producido casi a diario en ese área desde el 8 de octubre del año pasado, cuando Israel lanzó su ofensiva sobre Gaza en respuesta al brutal ataque de Hamas contra territorio israelí. En casi doce meses, los ataques israelíes en Gaza se han cobrado más de 41.000 vidas, entre ellas las de más de 16.000 niñas y niños. 

Los bombardeos israelíes sobre Líbano han acabado con las vidas de varios líderes de Hezbolá. Pese a la presión internacional para un alto el fuego, la ofensiva sobre Líbano prosigue. Desde el lunes, cerca de 90.000 personas se han visto desplazadas en Líbano a causa de los bombardeos. Y en los últimos cuatro días más de 30.000 personas han cruzado la frontera hacia Siria: cerca del 80 por ciento de ellas, según la agencia Reuters, son ciudadanos sirios que habían huido con anterioridad a Líbano a causa del conflicto en su país, y que ahora regresan escapando de nuevo de la violencia.