Los líderes del grupo BRICS +, grupo integrado por economías emergentes del planeta, se han reunido esta semana en la ciudad rusa de Kazan en una cumbre con la que Rusia ha querido enfatizar que no está aislada internacionalmente por la guerra en Ucrania. A la reunión también asistió el secretario general de la ONU, António Guterres, una presencia muy criticada por Ucrania. Durante la reunión, los líderes instaron a iniciar conversaciones para un alto el fuego en Oriente Próximo y Ucrania. 

El grupo de los BRICS nació en 2009 con cuatro miembros: Brasil, Rusia, la India, China, a los que un año más tarde se unió Sudáfrica. El objetivo era crear un foro de países emergentes como contraposición al G7 (integrado por economías industrializadas: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido). En enero de 2023 la foto se amplió con la entrada de Irán, Egipto, Emiratos Árabes y Etiopía. A la cumbre de Kazan han sido invitados además otra veintena de países, entre ellos Turquía, Bolivia, Nicaragua o Venezuela. De hecho, Nicolás Maduro mantuvo una reunión bilateral con Putin en la que recibió el apoyo del líder ruso, aunque su esperanza de ingresar en los BRICS quedó truncada por el veto de Brasil. El año pasado  la cumbre de los BRICS se celebró en Johannesburgo y Putin asistió por teleconferencia, al pesar sobre él una orden de detención de la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra en Ucrania.