Donald Trump obtuvo una primera victoria judicial para defender sus ya conocidos aranceles impuestos en los últimos meses. El Tribunal de Apelaciones de Washington decidió el jueves suspender cautelarmente la aplicación de la sentencia dictada unas horas antes por el Tribunal de Comercio Internacional, que declaraba ilegales gran parte de los aranceles establecidos por el presidente de Estados Unidos. Aunque esta decisión no revoca la sentencia, sí congela sus efectos mientras se estudia a fondo el caso, lo que supone un importante alivio para Trump. Su equipo legal había advertido que acudiría de inmediato al Tribunal Supremo si no se paralizaba la ejecución del fallo. En concreto, la sentencia suspendida anulaba aranceles del 25% sobre productos importados de Canadá y México y del 20% sobre importaciones chinas con la excusa de amenazas como el fentanilo o la inmigración irregular, y los llamados “aranceles recíprocos” anunciados en el denominado Día de la Liberación.

El fallo judicial ordena que las partes involucradas presenten sus argumentos por escrito entre el 5 y el 9 de junio, tras lo cual los jueces decidirán si mantienen la suspensión o si, por el contrario, permiten que la sentencia del tribunal comercial entre en vigor. Mientras tanto, el entorno de Trump ya ha comenzado a cargar contra el poder judicial para desacreditar sus decisiones. Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, denunció que hay una “extralimitación judicial”. “Estados Unidos no puede funcionar si el presidente Trump, o cualquier otro presidente, ve cómo sus delicadas negociaciones diplomáticas o comerciales se ven obstaculizadas por jueces activistas”, aseguró.