El nuevo escenario político en Siria también ha provocado que varios países europeos se hayan apresurado a congelar las peticiones de asilo por parte de ciudadanos sirios. Así lo han hecho Alemania, Francia, Italia o Países Bajos, entre otros. Austria ha ido más allá y ha anunciado su intención de crear un programa de deportación. Este lunes, solo un día después de la caída del régimen, la Comisión Europea también planteaba en un comunicado el retorno de miles de sirios a su país, aunque reconocía que por ahora no se dan las condiciones para una vuelta segura, voluntaria y digna. Uno de los escasos países que se ha mostrado crítico ante la rápida reacción de la mayoría de vecinos europeos ha sido España, que mantiene intacta su política de asilo. 

El grupo HTS, por su parte, se dirigió el lunes públicamente a la diáspora siria y los invitó a regresar a su país para “contribuir en la construcción del futuro”. Desde el inicio de la guerra civil en 2011, más de 13 millones de personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares en Siria, lo que representa más de la mitad de la población total, según ACNUR. De ellos, más de 6 millones viven como refugiados en otros países, mientras que el resto ha huido a otras zonas de Siria.