La imagen de la semana muestra el funeral de Ayloul, una niña asesinada en un ataque del Ejército israelí en la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza. Las muertes de civiles no se han detenido a pesar del alto el fuego entre Hamás e Israel que entró en vigor hace más de un mes. Este miércoles, los bombardeos israelíes acabaron con la vida de al menos 32 personas, entre ellas 12 niños, según el Ministerio de Sanidad de la Franja. La cifra eleva a más de 300 las personas que han perdido la vida en Gaza a manos de Israel desde la firma del acuerdo. 

Este jueves, Hamás acusó al Ejército israelí de haber ampliado la llamada línea amarilla, lo que le acercaría de nuevo a Ciudad de Gaza, el lugar sobre el que lanzó una invasión terrestre antes del acuerdo. Según las autoridades gazatíes, el movimiento provocó que muchas familias quedaran atrapadas tras la demarcación israelí. Mientras tanto, en otros puntos del enclave han sufrido las consecuencias de las fuertes lluvias que han inundado gran parte de los campamentos de desplazados. Las precipitaciones han empeorado aún más las condiciones de vida de miles de gazatíes. Varias organizaciones humanitarias han advertido de que más de un cuarto de millón de familias necesitan ayuda urgente e instan a Israel a que deje entrar suministros básicos.