Nuevo capítulo en la escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela. El martes, Donald Trump asestó un nuevo golpe al régimen de Nicolás Maduro al ordenar el bloqueo “total y completo” de todos los buques petroleros sancionados que entren y salgan del país. Después de cinco meses de creciente presión sobre las costas de Venezuela alegando la amenaza de narcolanchas —contra las que lanzó ataques que han acabado con la vida de 95 personas—, y en medio de un enorme despliegue militar en el Caribe, Trump apunta ahora al eje económico de Venezuela: el petróleo. El líder republicano reclamó el retorno de los activos petroleros que Venezuela “quitó” a Estados Unidos, según Trump, al nacionalizar la industria petrolera en 1976.
Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del mundo, pero el régimen es incapaz de explotarlas a la escala que se le presupone. Las sanciones económicas no solo lastran su capacidad de producción: también obstaculizan su venta o actividades esenciales como la reparación y el mantenimiento de las infraestructuras petrolíferas. Un día después del anuncio de Trump, Maduro ordenó a la Armada escoltar a los petroleros hacia alta mar. Sin embargo, el régimen se ve cada vez más presionado. Más allá del control sobre los recursos naturales del país, el bloqueo de los buques petroleros amenaza con recrudecer las condiciones de vida de millones de venezolanos, que ya sufren una profunda crisis humanitaria y financiera.
También puedes escuchar el rickshaw de esta semana en:
Recibe la actualidad semanal en tu correo
Nos fijamos en los polos de poder y en los rincones olvidados
Escucha episodios anteriores del rickshaw
Consulta el archivo con todos los capítulos de semanas anteiores
Episodios anteriores