China advirtió el martes que luchará “hasta el final” en la nueva escalada de la guerra comercial con Estados Unidos, después de que Donald Trump anunciara un arancel adicional del 100% a los productos chinos. En respuesta, Pekín impuso tarifas especiales a los buques estadounidenses que entren en sus puertos y sanciones a cinco filiales norteamericanas del constructor naval surcoreano Hanwha Ocean, acusadas de ayudar a Washington en la investigación que llevó a esos aranceles. 

El Ministerio de Comercio chino defendió sus restricciones a la exportación de tierras raras —minerales clave para la tecnología y la energía— como una acción legítima de control, y acusó a Estados Unidos de actuar de manera contradictoria al amenazar y tratar de dialogar a la vez. Las tensiones han puesto en duda una posible reunión entre Trump y Xi Jinping, además de generar nerviosismo en los mercados internacionales.