
Nuevo capítulo en uno de esos conflictos enquistados que parecen no tener fin: la guerra entre el Partido de los Trabajadores del Kurdistán y Turquía. El jueves, en un anuncio que pocos esperaban, la figura de referencia del independentismo kurdo, Abdalá Ocalam, pidió a sus partidarios desde la cárcel en la que cumple prisión perpetua que depongan las armas.
La fórmula elegida fue la de una carta al brazo político del movimiento en Turquía.
Está por ver si la petición de su líder histórico, desvinculado de la dirección actual del movimiento tras 26 años en la cárcel, será secundada por la organización armada y, de suceder, a cambio de qué. Si habrá contrapartidas. No se ha hecho público ningún proceso de negociación en paralelo a la petición de abandono de las armas.
La lucha de los kurdos por la independencia, que se remonta a décadas, se convirtió en conflicto armado en 1984 y desde entonces ha provocado decenas de miles de muertos y miles de personas detenidas y desplazadas en Turquía. La semana pasada, sin ir más lejos, el gobierno de Ankara detuvo a más de 200 en una gran redada.
El conflicto kurdo es, además, regional.
Aunque la facción turca ha sido históricamente una de las más conocidas, los kurdos, el mayor pueblo sin estado del planeta, viven y pelean con mayor o menor éxito en Siria, Irak e Irán. Los kurdos iraquíes son quienes han conseguido mayores cuotas de autogobierno. Tras la primera Guerra del Golfo en 1991 se establecieron zonas de exclusión aérea en el norte kurdo para protegerlos de los ataques del régimen de Saddam Hussein, que trató de exterminarlos, y se les permitió construir gradualmente una administración autónoma.
Posteriormente sucedió algo similar en Siria. En el marco de la guerra civil desatada por las revueltas populares contra el régimen baazista, los kurdos se convirtieron en punta de lanza de los combates contra el régimen y contra el Estado Islámico. A cambio se les permitió constituir una administración autónoma en el norte de Siria conocida como Rojava.
Con tantos países implicados y facciones con diversos grados de autonomía y organización política y armada, cualquier movimiento se adivina complejo.
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