
Washington y Kiev firmaron el miércoles un acuerdo que permite a Estados Unidos acceder de forma prioritaria a proyectos de inversión para la explotación de recursos minerales estratégicos en Ucrania, en un pacto que redefine los equilibrios geopolíticos de la región. Las tierras raras se han convertido en uno de los activos más codiciados: según la Agencia Internacional de la Energía, entre 2017 y 2020, arrastrada por la demanda de las renovables, la producción aumentó un 85%, y las estimaciones sugieren que en los próximos años la tendencia siga al alza. En el caso de este acuerdo, tras varias semanas de tensas negociaciones —incluso con un enfrentamiento público entre los presidentes de ambos países, Trump y Zelenski—, el pacto contempla la creación de un Fondo de Inversión bilateral centrado en recursos como el titanio, litio, uranio, grafito o gas natural, entre otras. Con este acuerdo, Estados Unidos pretende también asegurar recursos vitales frente al dominio chino en tierras raras y la extracción ilegal rusa en territorios ocupados.
El pacto llega mientras las conversaciones de paz con Rusia continúan atascadas, y tras el envío de 175.000 millones de dólares por parte de Estados Unidos desde el inicio de la invasión rusa. Aunque inicialmente se planteó que las ganancias generadas por la explotación de las tierras sirvieran para devolver parte de esa ayuda, el texto final lo limita a futuras contribuciones militares. El acuerdo tampoco incluye condiciones para el ingreso de Ucrania en la Unión Europea, pero sí la posible gestión compartida de la central nuclear de Zaporiyia.
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