Las conversaciones entre el Partido de la Libertad (FPÖ), ganador de las elecciones legislativas celebradas en septiembre, y los democristianos del ÖVP para formar un Gobierno de coalición en Austria han fracasado tras semanas de tensión y desacuerdos sobre el reparto de ministerios y la agenda europea. Herbert Kickl, líder de la ultraderecha, ha renunciado al mandato de formación de Gobierno otorgado por el presidente Alexander Van der Bellen, dejando al país en un bloqueo político que podría desembocar en nuevas elecciones.
Tras los comicios, el resto de partidos rechazó apoyar un Gobierno encabezado por Kickl, conocido por sus posturas euroescépticas y prorrusas. La presión se dirigió entonces sobre el ÖVP, que antes de intentar pactar con la ultraderecha, lo intentó sin éxito con los socialdemocrátas y liberales. Finalmente se mostró reticente a ceder el control de carteras clave como Finanzas e Interior. Van der Bellen ha convocado a los líderes de los partidos para buscar alternativas que desbloqueen la situación.