Más de 55.000 personas han muerto desde que comenzó la ofensiva israelí sobre Gaza el 7 de octubre de 2023, según datos del Ministerio de Salud gazatí. La media diaria de fallecidos se sitúa en cerca de un centenar de personas, con más de 120 nuevas víctimas reportadas solo en las últimas horas. Entre ellas, 57 murieron por disparos israelíes en un centro de reparto de alimentos en el corredor Netzarim, una zona controlada por las fuerzas israelíes que divide en dos la Franja. Según las autoridades locales organizadas por el gobierno de Gaza, más de 220 personas han muerto en puntos de distribución de comida operados por la Fundación Humanitaria para Gaza, respaldada por Estados Unidos e Israel —diversas oenegés que operan en Gaza así como las Naciones Unidas, no reconocen ese sistema de reparto—.

Los ataques no solo se producen contra la población civil, también contra organizaciones humanitarias. Esta semana, Israel bombardeó un edificio en Deir al Balah donde se encontraba la sede de Médicos del Mundo, matando al menos a 8 personas, entre ellas cuatro niños. En paralelo, Médicos Sin Fronteras alertó de que el hospital Nasser, en Jan Yunis, “la única esperanza que queda para los palestinos en el sur de Gaza”, está en riesgo inminente por los continuos bombardeos en sus alrededores.