Una extensa operación que incluyó el despliegue de cerca de 3.000 agentes de la Policía surcoreana logró detener este miércoles al cesado presidente surcoreano Yoon Suk-yeol, después de que decreta la ley marcial hace más de un mes y generara una grave crisis institucional. La orden se ejecutó por orden de la oficina anticorrupción de Corea del Sur (OICAF) tras la negativa de Yoon a atender citaciones previas. A principios de este mes, agentes de la policía ya habían realizado un intento frustrado de arrestar al presidente.
Yoon, que es investigado por insurrección y abuso de poder, es el primer presidente en la historia de Corea del Sur en ser arrestado durante su mandato. Aunque fue cesado por la Asamblea Nacional (Parlamento) el pasado 14 de diciembre, el Tribunal Constitucional aún debe pronunciarse sobre si esa suspensión es válida.