Bajo una fina lluvia nocturna, casi un centenar de magistrados escuchan a uno de los suyos homenajear a Ramón Lafarga, juez del Tribunal Supremo fusilado por los golpistas casi un siglo atrás, en 1936. Lo hacen en el mismo sitio en el que el represaliado pasó encarcelado sus últimos días, el patio de la antigua cárcel de Ávila, convertida ahora en el Archivo Histórico Provincial. Minutos después, el grupo, convocado para celebrar la Asamblea anual de Juezas y Jueces por la Democracia, se traslada al salón de actos para escuchar a Juan Carlos Mestre masticar verdades:
“Son los mismos que en la Edad Media tiraban piedras a los leprosos”.
Los cristalinos ojos del poeta incendian las palabras que buscan el sentido a siglos de enamoramientos y fusilamientos encadenados. A la izquierda del escenario, Cuco Pérez acaricia su acordeón,…
Contenido solo para socios/as
Otra forma de ver el mundo es posible. Si te haces ahora socio/a, tendrás acceso ilimitado a la web, y recibirás cada año nuestra revista en papel con más de 250 páginas y un libro de la colección Voces.
Suscríbete ahora 
       
             
           
          