Los periodistas no son superhéroes. Quieren serlo, pero, lamentablemente, no lo son. A lo largo de la historia de esta profesión nos encontramos con muchos personajes que han alimentado ese mito. Gente —hombres en su mayoría, por supuesto— que piensa que el mérito de esta labor se encuentra solamente en el riesgo, en la aventura, y no en entender primero para después explicar el mundo.
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