Jóvenes en movimiento

Mike Brodie

La historia detrás de la portada del último número de 5W, 'Jóvenes'

Tenía 17 años cuando se subió por primera vez a un tren como polizón. Para Mike Brodie (Arizona, 1985), aquello marcó el inicio y, unos meses después, hizo de esa forma de viajar un modo de vida. Durante los siguientes años, el joven recorrió miles de kilómetros a bordo de trenes de mercancías con los que cruzó Estados Unidos mientras fotografiaba el mundo que le rodeaba. Muchas de sus imágenes son retratos de las personas que encontró por el camino, jóvenes errantes de principios del siglo XXI que atravesaban el país sobre raíles por las razones más variopintas: rebeldía, necesidad de huir, curiosidad o sencillo deseo de aventura. 

Una figura de espaldas mirando al horizonte desde uno de esos vagones es la imagen de portada de la última revista en papel de 5W, Jóvenes, que explora el lugar que ocupa este colectivo en el mundo. La fotografía evoca la mezcla de incertidumbre y libertad que a menudo se da en los años de juventud, cuando el horizonte parece infinito. 

Mike Brodie, que hoy tiene 38 años, se movió siempre fuera de los parámetros de la industria fotográfica, con una naturalidad que también es evidente en sus imágenes. Le hemos preguntado sobre la fotografía elegida para la cubierta: “Saqué esa foto en el verano de 2006. Íbamos en dirección sur hacia Roseville, California. Viajábamos en un vagón de góndola [un tipo de vagón descubierto] que habíamos tomado en Eugene, Oregón. Es mi amigo Henry, que más tarde sería el padrino de mi boda”, cuenta. Ambos se habían conocido “alrededor de una fogata en un patio trasero de Minneapolis”, recuerda Brodie.

La imagen forma parte de su trabajo A period of juvenile prosperity (Un periodo de prosperidad juvenil), que reúne fotografías tomadas entre 2006 y 2009, publicadas en un fotolibro en 2012. Brodie, que se define más como un artista que como un fotógrafo, fue reconocido con tan solo 23 años con el Premio Baum como artista emergente en su país gracias a sus imágenes. 

El trabajo de Mike Brodie condensa la fuerza y la aventura de aquellos viajes, instantes que recogen el espíritu de un colectivo que vivía, por encima de todo, en libertad. Por eso, con motivo del lanzamiento de Jóvenes, hemos querido recuperar algunas de las imágenes de A period of juvenile prosperity.

Mike Brodie

Brodie empezó a viajar con 18 años para encontrar respuestas y saciar su curiosidad. ¿El objetivo? “Encontrarme a mí mismo y explorar mi país. Los trenes de mercancías se convirtieron en un medio para hacer precisamente eso”, nos cuenta. 

Sin formación reglada como fotógrafo, sus primeras imágenes las tomó con una cámara Polaroid que le regaló una amiga, lo que le valió el sobrenombre de “Polaroid Kid”. Luego se pasó a otra cámara con la que hizo las fotografías de este trabajo.

Mike Brodie

En aquellos años los smartphones todavía no eran algo extendido, por lo que no era tan común tomar fotografías de la vida diaria si uno no se dedicaba profesionalmente a ello. Brodie lo hizo: “Sabía que tenía que documentar la naturaleza fugaz y los momentos pasajeros de las vidas de mis amigos. La cámara era la herramienta perfecta”, dice. 

Mike Brodie

Si hay algo que transmiten las imágenes de Brodie, es libertad: aquello era lo que se sentía viajando por Estados Unidos en esos trenes, dice. “¡Tanta libertad, al principio! Pero, sin dirección ni propósito, uno se queda un poco perdido en la vida. Demasiada libertad puede ser algo malo para uno mismo”, reflexiona.

Mike Brodie

Los protagonistas de sus fotografías son viajeros y viajeras clandestinos de aquellos convoyes, personas con la juventud y el ansia de movimiento como denominador común. La cultura del llamado train-hopping (saltar a los trenes de carga en marcha) queda retratada en sus fotografías de una forma franca, unas veces con crudeza, otras incluso con ingenuidad.

Mike Brodie

¿Cuál era su relación con las personas que fotografiaba? “Amigos cercanos y amantes, a falta de un término mejor. Eran relaciones que surgían por el interés mutuo en viajar juntos. En muchos casos, la fotografía era algo secundario”, dice.

Mike Brodie

Su trabajo obtuvo un enorme reconocimiento. Al principio, él mismo colgaba sus fotografías en internet. Más tarde, las imágenes de aquel chico que cabalgaba en trenes de carga llegaron a ser expuestas en galerías y publicadas en numerosos medios.

“Ocurrió sobre todo gracias al trabajo duro, a la perseverancia y a internet antes de las redes sociales. Era el momento perfecto: la gente aún no tenía teléfonos inteligentes y tenía hambre de fotografías que mostraran algo parecido a la sinceridad. Llamé la atención de Benjamin Trigano, de la galería M+B. Él hizo mi primera exposición y un reportaje posterior en una revista llamada Look Look, cuenta.

Mike Brodie

Las fotos de Mike Brodie transmiten una frescura en el aspecto formal que era muy poco frecuente en los cánones predominantes en la industria. Su manera de usar la cámara partió del método que él mismo define como “prueba y error”. 

“Creo que una formación formal no me habría hecho ningún favor. Soy un artista, pero de ninguna manera un fotógrafo profesional. La cámara siempre ha servido como una extensión del corazón, de mis emociones y mis instintos”.

Mike Brodie

Fotografiaba “por instinto”, sin que de partida se diera la búsqueda intencionada de una historia. “La historia siempre se presentaba más tarde, a través de la edición y de la forma de secuenciar las fotos”.

Mike Brodie

Si le preguntan qué fue lo mejor de los años que pasó recorriendo Estados Unidos de convoy en convoy, Mike Brodie habla de emoción. “Tomar trenes es emocionante: esperar horas, o a veces días, solo para tomar un tren a un lugar determinado. He viajado en cientos y cientos de trenes; la sensación, simplemente, no envejece nunca”.

Mike Brodie

Pero también hay una parte más oscura, sensaciones que no son evidentes en las fotos. ¿Lo peor? “El dolor y la pérdida. Dolor emocional con el que tengo que convivir el resto de mi vida”.

Mike Brodie

En algunos artículos y foros de internet se extendió el rumor de que tras recorrer y documentar sus viajes en tren, Brodie nunca volvió a usar una cámara, que abandonó la fotografía y también dejó de lado los viajes para asentarse definitivamente.

“Eso fue solamente un rumor en internet”, aclara. “Nunca dejé de viajar y fotografiar”. Ahora, con 38 años, prepara la publicación de un nuevo libro con Twin Palms —la misma editorial con la que publicó A period of Juvenile Prosperity— que reúne fotografías tomadas durante los últimos diez años.

Mike Brodie

El libro A period of juvenile prosperity fue publicado en 2012. Tres años después Brodie sacó un segundo libro, Tones of dirt and bone, que recopila imágenes tomadas con su cámara Polaroid entre 2004 y 2006. Pese a la huella que dejaron sus fotografías, no volvió a publicar nuevos trabajos hasta 2023, cuando sacó, con el título de Polaroid Kid, un estuche con reproducciones de 50 de sus imágenes polaroid. 

Mike Brodie

La colección de imágenes que Brodie reunió durante esa época está reconocida hoy como uno de los más valiosos archivos de fotografía de viaje de aquellos años. Su mirada, libre y espontánea, consiguió captar el espíritu de aquel colectivo de jóvenes libres, en perpetuo movimiento y con un horizonte por descubrir.

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