El miércoles 23 de marzo de 2016, en plena Semana Santa, el padre Richard Estrada, pastor de la Iglesia Episcopal, fue arrestado frente al Centro de Detención Metropolitano de la ciudad de Los Ángeles por protestar contra las deportaciones de familias inmigrantes centroamericanas en busca de asilo en Estados Unidos. La detención de Estrada, junto con otros 20 líderes religiosos y activistas, ocurrió justo afuera de la sala del tribunal donde niños y niñas centroamericanos eran obligados a representarse a sí mismos ante los jueces de inmigración, sin tutor ni abogado, para explicar las razones por las que se encontraban solos en el país y por las cuales solicitaban asilo; uno de los episodios más irracionales ocurridos durante el Gobierno de Barack Obama.
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