Cerdas. Cotorras. Gatos. Perras. Yeguas. Zorras. Lobas. Tigresas. Ratas. Bichas. Víboras. Ballenas. Hipopótamos. Guanacas. Anacondas. Panteras. Babosas. Loras. Vacas. Chanchas.
El insulto no es una anomalía, es la nueva normalidad. La animalidad no es una excepción, es la nueva legalidad. El machismo no es una expresión vintage, es la nueva culturalidad. Los insultos para callar a las mujeres con modales machistas son una espada con sangre incolora y un silencio que parece invisible, justamente porque no hace más ruido.
“¡Silencio, cerdita!”, le ordenó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a Catherine Lucey, reportera de Bloomberg News, cuando ella le preguntó por las revelaciones que involucran a Trump con Jeffrey Epstein. La orden de “silencio” es tan insultante como tirar al barro. No es novedad. El 73 % de las periodistas ha sufrido violencia online, según el Reporte sobre Ciberviolencia contra…
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