Cinco noticias olvidadas de 2018

Las miradas estaban en otra parte, pero el último año no se puede entender sin ellas

Cinco noticias olvidadas de 2018
Carlos Herrera / AP

Por indiferencia. Por intereses políticos, económicos, mediáticos. Por desidia. Por prisa, porque cada vez las noticias caducan antes y apenas tienen recorrido. Porque no somos capaces de admitir una realidad que se confirma —o se intuye— ante nuestros ojos. Porque no le va bien a nuestro discurso ideológico. Porque ni siquiera lo hemos leído, escuchado, visto. Porque las cosas importantes cada vez importan menos.

Por esos motivos y muchos más, hay noticias que, pese a tener un impacto directo sobre la vida de muchas personas, no llegan a los titulares. En Revista 5W también somos culpables: hemos hecho un esfuerzo para explicar algunas de estas realidades, pero todavía no tenemos recursos suficientes, por ejemplo, para cubrir Yemen, país que por tercera vez consecutiva aparece en esta lista antimediática. En la revista tenemos grabados en la mente estos y otros temas que están fuera del radar, y cada año nos proponemos crecer —en socios/as, en ingresos— para poder contarlo.

Según el criterio editorial de 5W, estas son cinco —aunque podrían ser mil— noticias que quedaron fuera de la atención informativa en 2018.

Who: la población yemení

Un niño desnutrido en un hospital de Hajjah, en Yemen. 1 de octubre de 2018. Hani Mohammed / AP

El asesinato y descuartizamiento del periodista saudí Jamal Khashoggi en Turquía dio la vuelta al mundo, y la monarquía saudí pareció temblar, de verdad, por primera vez en mucho tiempo. Fue un crimen repugnante, pero confirmó una realidad de nuestro tiempo: un muerto puede ser más importante que miles, que decenas de miles de muertos. Lo que no consiguió una guerra como la de Yemen lo consiguió la muerte de un periodista. No se cubre en profundidad la guerra de Yemen —en la que, es cierto, la participación de Arabia Saudí cada vez es más criticada y conocida—, pero sobre todo no se habla de sus víctimas: los yemeníes.

Por eso una de las crónicas más importantes del año es esta del reportero Declan Walsh para The New York Times. Ese texto y todos los que ha escrito desde Yemen son la confirmación —en piel y en cifras— de que Arabia Saudí está matando de hambre a los yemeníes. En el reportaje se relata la guerra convencional saudí en Yemen, pero también la guerra económica, y cómo está funcionando para asfixiar al pueblo yemení. El acceso al país es muy complicado y son contados los medios que han podido informar desde el terreno.

Si la guerra apenas ocupa titulares, tampoco lo han hecho los dos procesos de paz que se han intentado poner en marcha en 2018. En septiembre, en Ginebra, el diálogo no pudo ni arrancar porque los rebeldes hutíes nunca llegaron a la cita. En diciembre, en Estocolmo, los dos bandos se vieron cara a cara, pero faltaron enviados de Arabia Saudí y de Irán. Estas dos grandes potencias respaldan a Gobierno y rebeldes, respectivamente, y dirimen sus diferencias políticas y religiosas a través de los yemeníes, que se han convertido en simples peones de este pulso regional.

What: epidemia de ébola en el Congo

La República Democrática del Congo es el país del mundo donde ha habido más epidemias de ébola desde la aparición de este virus letal en 1976. Este año se ha registrado una en el este del país, en la provincia de Kivu Norte. Se podría pensar que es normal que no tengamos información sobre ella. Pero su magnitud es tal, que ya se ha convertido en la segunda peor de la historia, solo por detrás de la histórica epidemia en África Occidental (Sierra Leona, Liberia, Guinea, 2014-2016), que dejó más de 11.000 muertos. La del Congo, con 271 muertes y 458 casos, no ha cruzado fronteras y está obviamente muy lejos de aquella, pero su coste humano seguirá creciendo. Su singularidad es que estalló en una zona de conflicto, algo hasta ahora inédito y que puede multiplicar las consecuencias negativas sobre la población. El hecho de que no haya habido ningún caso fuera del Congo contribuye al ostracismo mediático de la noticia.

Dos enfermeros de Médicos Sin Fronteras con el vestido de protección contra el ébola. República Democrática del Congo. Carl Theunis / MSF

When: acuerdo de paz Eritrea-Etiopía

En 1993, Eritrea se independizó de Etiopía. Entre 1998 y 2000, una guerra se desató entre ambos países. Pero no hubo un acuerdo de paz formal, y ambas naciones del Cuerno de África estuvieron técnicamente en guerra… Hasta ahora. En septiembre de 2018, Etiopía y Eritrea firmaron un histórico acuerdo de paz y reabrieron sus pasos fronterizos. Cayó uno de los muros invisibles de África.

Etiopía también dio otro paso histórico este año. Días después de nombrar un gabinete con mujeres en la mitad de sus carteras ministeriales, designó a la diplomática Sahle-Work Zewde como presidenta del país. Es la primera presidenta de la historia de Etiopía y la única mujer que ocupa este cargo en África. Se trata de un cargo simbólico (el poder político sigue recayendo sobre el primer ministro, Abiy Ahmed Alí), pero su influencia se dejará notar. “Si alguien piensa que hablo mucho sobre mujeres, que espere a escuchar todo lo que tengo que decir”, dijo al tomar posesión.

Where: Nicaragua

La represión del Gobierno de Daniel Ortega tuvo cierta repercusión en América Latina, pero no en el resto del planeta: más de 300 muertos desde que en abril empezaron las protestas. ¿Fue una revolución que el mundo, quizá confundido por otra revolución, la sandinista, no supo oír? El escritor Sergio Ramírez, una de las voces más importantes de Nicaragua y América Latina, lo tiene claro: “La revolución terminó en 1990 y no tiene segunda parte. Lo único que tiene buena segunda parte es Don Quijote”. Parece lejana, aunque no imposible, la posibilidad de que haya un cambio en Nicaragua, pero por el momento Ortega sigue en el poder.

Aunque no se les prestó demasiada atención, las barricadas en las universidades, las manifestaciones y los cortes en la carretera de Nicaragua son ya historia del siglo XXI.

En Revista 5W lo intentamos contar con este texto de Marta del Vado y esta fotogalería de Javier Bauluz.

Martín Caparrós estuvo allí y lo contó para The New York Times en Español en esta crónica de larga distancia que nadie se puede perder.

Why: descenso del terrorismo

En estos dos últimos años, la pérdida de territorio de Estado Islámico no se ha traducido en más ataques, como preveían algunos analistas, sino en menos. El grupo yihadista parece haber perdido el cetro mediático, y el mundo, que antes se horrorizaba por sus crímenes, ahora parece haber puesto su atención en otros lugares. Según una de las bases de datos más exhaustivas sobre atentados terroristas, el Global Terrorism Index, el número total de muertos (18.814) bajó un 27 % entre 2016 y 2017 (el último año disponible, pese a que el informe se publicó este mismo mes). Las muertes a causa de atentados han bajado desde 2014, cuando EI estaba en pleno auge. El descenso se localiza sobre todo en Irak, Nigeria y Pakistán, aunque Afganistán está sufriendo un resurgimiento de los atentados. El año está a punto de acabar y, pese al reciente atentado en Estrasburgo, Europa no ha sufrido ningún gran ataque terrorista en 2018.

Lo que sí parece estar al alza es el terrorismo de grupos o individuos de extrema derecha, que enarbolan el nacionalismo blanco y/o una ideología anti-islámica. Entre 2013 y 2017, se registraron 66 muertes y 113 atentados. De ellos, 17 muertes y 59 atentados tuvieron lugar en 2017.

How: el cierre del Mediterráneo

Rescatados por el barco de rescate Golfo Azzurro de la ONG Proactiva OpenArms. Anna Surinyach

Completada la lista de las cinco noticias olvidadas de 2018, añadimos otra, una sexta, que sí ha sido cubierta. El problema, más que la abundancia, ha sido la forma.

Durante los últimos tres años, la xenofobia y el sentimiento anti-inmigración no ha parado de crecer en Europa. La paradoja es que, durante los últimos tres años, las llegadas a Europa de personas (sobre todo de África) a través del mar no han parado de bajar. Del millón de personas que llegó a las costas europeas en 2015, se ha pasado a 109.000 este año, casi 63.000 menos que en 2017; son unos datos que no concuerdan con la percepción actual. Un total de 2.160 personas murieron o desaparecieron en 2018 en el Mediterráneo, que sigue siendo la frontera más peligrosa del mundo.

Una de las novedades fue que el Mediterráneo occidental (la ruta hacia las costas españolas) fue la más concurrida, con casi 60.000 llegadas. En todo caso, el cierre progresivo del mar Mediterráneo a la migración, con los acuerdos con Turquía y Libia y la criminalización de oenegés y defensores de los derechos humanos en marcha, se ha aplicado a caballo de las políticas xenófobas de Italia y su ministro de Interior, Matteo Salvini. Pero quizá el gran símbolo de lo que ha pasado en el Mediterráneo en los últimos meses no tenga nada que ver con él, sino con el Gobierno español. 2018 fue el año en que los diarios y las televisiones enloquecieron con la llegada del Aquarius, barco de rescate con 630 personas a bordo operado por Médicos Sin Fronteras y SOS Méditerranée, a Valencia; el presidente, Pedro Sánchez, decidió acoger al Aquarius ante la negativa de Salvini a que atracara en Italia.

Medio año después, el propio Gobierno español se negó a acoger a un pesquero que tuvo que rescatar a once personas y arguyó que Libia era “un puerto seguro”.

Medio año después, Médicos Sin Fronteras anunció el fin de las operaciones de rescate del Aquarius.

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