Publicamos al menos una crónica de larga distancia a la semana en web y una revista de más de 250 páginas al año. El tiempo es esencial para 5W porque buscamos la excelencia en la crónica y en la fotografía: en el enfoque de la historia periodística, en el reporteo, en la redacción, en la edición.
Pero ese tiempo también es para pensar. 5W es un laboratorio de ideas. Nuestras mentes hierven cada día: no solo en la redacción, sino en los países cercanos y lejanos donde se hallan los colaboradores freelance que hacen posible la revista.
Cada año de 5W ha traído una sorpresa. El primero, el de nuestro nacimiento, alumbró una revista viajera y de tapa dura, coqueta y rigurosa, con respeto por la narración y la fotografía. La inversión en nuestro buque insignia está por encima, quizá, de lo que nos podemos permitir, pero es lo que nos identifica y seguirá publicándose: esperemos que durante muchos años.
La novedad del segundo año fue la colección de diálogos Voces 5W, que arrancó con Mikel Ayestaran y Ramón Lobo y que después siguió con Maruja Torres y Mónica G. Prieto. Aquí buscábamos construir puentes y recuperar ese género seminal del periodismo que es la entrevista; aunque se trata, más bien, de una conversación.
Este 2018, nuestro tercer año, hemos lanzado un proyecto de innovación periodística que ya está empezando a dar sus frutos. Se trata de How: la sexta W, que fue seleccionado por el Digital Innovation Fund de Google como uno de los proyectos que merecían financiación.
¿En qué consiste? Vayamos a sus orígenes para entender mejor el proyecto. En Revista 5W pagamos por su trabajo a freelance y colaboradores, y lo intentamos hacer de la forma más digna posible. Pero uno de nuestros lamentos, dado nuestro humilde tamaño, fue no poder pagar coberturas. No poder enviar a nuestros periodistas a donde quisiéramos. ¿Cómo empezar a solucionar este problema?
Se nos ocurrió confiar en aquellas personas que tantas veces nos habían dado la respuesta: suscriptores/as y lectores/as. Ideamos una plataforma en la que incluimos tres propuestas de cobertura por cada zona geográfica (África, América, Asia, Europa, Oriente Medio). Eran un total de quince, y aunque pedimos a la gente que votara, el mensaje no era ese, sino más bien: esto es todo lo que se podría hacer si tuviéramos financiación.
En esa primera fase del proyecto se contabilizaron 9.822 votos. Los socios podían votar directamente en la plataforma y, si alguien no era suscriptor, debía registrarse. De cada área geográfica salió un finalista. Entonces empezó una segunda fase de votaciones, la final, durante la cual se registraron 1.115 votos. La cobertura más votada fue Siria después de Estado Islámico, de Mikel Ayestaran y Guillem Trius, seguida de Resistencia, de Mariangela Paone y Manu Brabo, y de Hijos del genocidio, de Mónica G. Prieto y Olmo Calvo.
Durante estas semanas hemos visto cómo lectores y suscriptores discutían sobre la necesidad de poner el foco en Bangladesh, Benín, Afganistán, Siria o la Amazonía. El editor tiene la difícil misión de escoger, y compartir esa decisión con el público ha sido interesante.
Después llegaba el momento más difícil: el de financiar esas propuestas. La cobertura de Siria contaba con nuestro obvio apoyo editorial y con el de centenares de personas que la votaron. ¿Pero qué pasaría a la hora de la verdad? Con el crowdfunding que iniciamos para hacer la cobertura realidad dimos un doble salto de tirabuzón: renunciamos a las recompensas clásicas, a tazas o camisetas, e incluimos aportaciones que se correspondían con los gastos que tienen que hacer los reporteros sobre el terreno. Taxis. Seguros. Traducciones. Y, por supuesto, su trabajo.
Son, pues, donaciones para trabajos periodísticos. La propuesta de Siria (6.900 euros de presupuesto) se logró financiar en dos semanas. Ahora le toca el turno a Resistencia, centrada en Europa, con un presupuesto de 7.475 euros: está abierta y se puede hacer una aportación aquí. Pero la campaña de micromecenazgo no es ilimitada. Está pensada para que los temas se financien en un tiempo relativamente corto. Tan solo las tres coberturas más votadas pueden pasar por el crowdfunding. Hay un total de tres meses de campaña de financiación y, cuando se completa una cobertura, la siguiente pasa a crowdfunding, igual que los objetivos clásicos de otras plataformas.
Este es quizá el proyecto más arriesgado que hemos lanzado, sobre todo porque su resultado era una incógnita antes de su inicio. Los próximos meses servirán para que los equipos periodísticos con financiación hagan sus coberturas. Tendremos la gran suerte de poder diseñar las coberturas desde el principio y de trabajar en temas de largo recorrido, que es lo que más nos interesa.
Todo eso será gracias a quienes nos han apoyado. Las aportaciones nos servirán para crear masa crítica, para seguir avanzando en nuestro proyecto: para hacer periodismo. Al equipo de Revista 5W, como al de todo medio de comunicación, le encanta hacer periodismo, pero a veces se olvida del how, del cómo. Como en 5W no estamos interesados en grandes acuerdos publicitarios que condicionen nuestra independencia, este año hemos ensayado una respuesta con esta plataforma. No es la solución a los problemas económicos de la industria, pero sí una herramienta fabulosa para cubrir temas fuera de la agenda mediática y que pueden contar con un público específico muy interesado.
Si el periodismo tiene algún futuro, este pasa por probar. Por inventar. Por agitar el bote.
Y por escribir y fotografiar por encima de nuestras posibilidades.