Texto: Javier Espinosa Fotografía: Ricard Garcia Vilanova Cuando Mohamed Abdel Ouhab Rafiki, conocido como Abu Hafs, me recibió en su pequeña residencia de Fez, su hijo se encontraba navegando en su ordenador por páginas ciertamente explícitas. Una repetía cánticos religiosos. Otra lanzaba soflamas a favor de la yihad (guerra santa) contra Estados Unidos. Abu Hafs respondía en aquel 2001 al arquetipo de ideólogo extremista que no tenía reparo alguno en argumentar y defender una filosofía que ya había demostrado su capacidad para recurrir al terror. Joven —tenía veintinueve años—, educado y con un fluido conocimiento de inglés y francés, Abu Hafs había aprendido el Corán de memoria a los nueve años. Completó sus estudios con una licenciatura en Leyes Islámicas en Arabia Saudí, un guiño a la historia que después adquirió un especial simbolismo a…
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