Negro prieto, negro teléfono, negro colorado; mulato claro, mulato blanconazo; jabao, jabao colorado… El catálogo de términos para definir a las personas en función de la tonalidad de la piel y el tipo de pelo en Cuba es interminable. Al cabello muy rizado se le llama “pelo malo”: una expresión negativa que perpetúa estereotipos y encierra una buena carga del racismo que sigue vivo en la isla. Contra ese racismo, una parte de la población cubana ha transformado todo lo que rodea al concepto de “pelo malo” en una herramienta que reivindica sus raíces africanas.
La fotógrafa Nuria López Torres lleva más de veinte años documentando la sociedad cubana, su cultura y su evolución en una amplia investigación titulada “La isla”. En ese marco, el proyecto “La larga travesía” explora la herencia de África y la huella que dejaron el colonialismo, la opresión y la esclavitud la identidad cubana. De esta exploración surgió el capítulo “Pelo Malo”, un recorrido visual protagonizado por mujeres que ondean el orgullo afro, cantantes de rap o activistas feministas con discursos antirracistas.
“He retratado a activistas que reivindican su negritud”, explica Nuria López, queha combinado los retratos con imágenes de archivo, objetos originales y elementos relacionados con el racismo y la esclavitud para crear un discurso entre el pasado y el presente.
El proyecto, recientemente galardonado en los premios POY Latam, está atravesado por el que fuera el gran negocio durante la época colonial española en Cuba: la producción de azúcar, que enriqueció a las familias que controlaban el cultivo de la caña gracias a la mano de obra esclava. “Hablar del azúcar en Cuba es hablar del proceso esclavista. Por eso tenía que estar muy presente en este proyecto”, dice la fotógrafa. De hecho, el lucrativo negocio del azúcar hizo que España fuera el último país de Europa en abolir la esclavitud en sus colonias ultramarinas, en la segunda mitad del siglo XIX.
Hoy en día “todavía sigue habiendo racismo en Cuba. Incluso parte del grupo de personas afrodescendientes tienen interiorizado que lo más correcto o atractivo es lo que llaman “adelantar la raza”: un reflejo de eso es tener el pelo como las mujeres blancas, liso y unido a una piel clara. Pero hay un movimiento que dice, ¿por qué tengo que renegar de mi pelo, de mi piel?”, explica López.
A través de su proyecto viajamos al pasado y presente del legado africano en Cuba en imágenes cargadas de orgullo por la identidad afro y que nos explica en primera persona la fotógrafa.
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