La paradoja del año de la pandemia, del año del cierre de fronteras, es que salimos de él con el mayor número de personas refugiadas jamás registrado.
La paradoja de la última década, de la década de la guerra siria y la persecución de la comunidad rohinyá, es que se ha doblado el número de personas desplazadas por la violencia, pero los conflictos no alcanzan para explicar este fenómeno. No es un triunfo de las nuevas guerras, sino un fracaso de los procesos de paz.
Con motivo del Día del Refugiado —o, como se dice ahora, de la Semana—, la agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) ha publicado su informe anual sobre los movimientos de población forzosos en todo el mundo, que cubre todo el año pasado. Pese a la pandemia, el número total de desplazados por la violencia vuelve…
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