Treinta años después de su ascenso, Hun Sen, el gobernante del Sureste Asiático que más tiempo ha permanecido en el poder, consolida su régimen mediante la represión de activistas y opositores y la instrumentalización de la Justicia. La comunidad internacional, que lo apoyó durante décadas a cambio de jugosos contratos a costa del expolio de Camboya, se aleja de sus formas mientras China suple el papel de padrino. Encarna el nuevo modelo de autócrata asiático, garante del desarrollo económico a costa de los derechos humanos.
Mediados de septiembre de 2016. Bajo el húmedo calor tropical, cientos de estudiantes camboyanos asisten a su ceremonia de graduación en los jardines del Instituto Nacional de Educación de Phnom Penh con el entusiasmo propio de quien asiste a un hito en su vida.
Ataviados con togas y birretes, algunos posan ante sus móviles haciendo muecas mientras…
Contenido solo para socios/as
Otra forma de ver el mundo es posible. Si te haces ahora socio/a, tendrás acceso ilimitado a la web, y recibirás cada año nuestra revista en papel con más de 250 páginas y un libro de la colección Voces.
Suscríbete ahora