Ella está detrás de los platos de “Menú de Gaza”: las manos hábiles de Amal cocinaron los platos que alimentaron a los miembros de su familia, los Hammad, durante largos meses de asedio israelí. Día a día, hasta el pasado junio, las fotografías de esos platos mostraron al mundo, a través de las redes sociales del periodista Mikel Ayestaran, el hambre y la escasez en una Franja asfixiada por Israel.
“El arroz representa la hambruna. Casi todos los días lo he preparado y ahora mi familia lo odia. Le ponía un poco de caldo de pollo para darle algo de gusto. No teníamos nada, ni carne, ni verdura. Nada. No sabía que iba a ser el último plato antes de la nueva esperanza de vida. Nos hubiera gustado terminar la serie con el alto el fuego, pero lo hacemos con una nueva vida. Esta serie del Menú de Gaza es la historia del uso del hambre como arma de guerra en la Franja. Me llamo Amal, que significa ‘esperanza’”. Este post en Instagram, acompañado de la imagen de un plato de arroz, cerró el 25 de junio la serie “Menú de Gaza”: la familia Hammad lograba ser evacuada a España para empezar una nueva vida lejos de las bombas.
Ahora el menú de resistencia que inventó Amal día tras día, cocinando con lo poco que conseguían, echándole imaginación y cariño, se convierte en libro gracias a una campaña que aún está abierta. Puedes apoyarla y conseguir aquí el ejemplar, un libro para no olvidar el uso del hambre como arma de guerra en la Franja de Gaza.
Bajo el bloqueo y las bombas, Amal, alma del menú de Gaza, cocinaba; Dalia, la hija, fotografiaba los platos; Monjed y Mohammed, los hijos, iban a buscar leña y recursos. Kayed, el padre, era el puente que mantenía el contacto con Mikel Ayestaran y le informaba sobre las circunstancias en las que se cocinaba cada plato.
“Nunca pensé que la serie fuera a durar más de 500 días”, nos dice Amal, que cuando supo de la propuesta de Ayestaran de mostrar su plato diario a través de las redes pensó que era una buena idea para hacer llegar su voz fuera de Gaza “y que la gente se enterase de lo que estaba pasando”. Lo consiguieron: la serie, premiada con el Ortega y Gasset de Periodismo, fue seguida en Instagram por decenas de miles de personas.
De entre todos los platos, Amal rememora su favorito: “Lo que llamamos dawali, hecho con hojas de parra rellenas de arroz y especias, entre otras cosas”. Amal recuerda también algunos de los momentos más difíciles, lejos de los fogones, de los últimos meses. “La salida de Gaza fue muy, muy dura. Pasamos mucho miedo, fue muy peligroso hasta que llegamos a Jordania”, dice.
Para Amal y sus hijos, la evacuación ha supuesto la primera vez que salen de la Franja. La protagonista de Menú de Gaza habla con agradecimiento: “A todos lo que nos han ayudado a llegar a España y salir del infierno y el genocidio que está teniendo lugar en Gaza: muchas gracias”.
Tras dejar atrás su tierra, el hambre y los ataques israelíes, los Hammad están iniciando los primeros compases de su nueva vida. Amal ha vuelto a cocinar. “Pero en diferentes condiciones: aquí hay de todo, todos los ingredientes están a mano. He hecho maqluba, un plato que se parece a la paella, con pescado, pollo y verduras”, cuenta.
Le preguntamos a la protagonista de Menú de Gaza cuál fue, para ella, el plato más difícil de cocinar mientras estaban bajo el bloqueo israelí: “Los fritos. Freír berenjena, calabacín, porque eso tarda mucho y necesitaba tener mucho cuidado con el fuego de leña. Pero lo más difícil de todo —añade— era cuando no encontrábamos nada para cocinar. Eso era lo peor”.