Texto: Agus Morales Fotografía: Toni Arnau / RUIDO Photo Los libros de historia dicen que Orán es un palimpsesto: ciudad del noroeste argelino cerca de la frontera con Marruecos, con pasado colonial francés y una alcazaba fortificada desde la que la conquista española se enfrentaba al Imperio otomano. Pero hay un pliegue más reciente, una capa que está pero no se ve: en las entrañas de la ciudad hay otra ciudad, escondida de todo y formada por hombres y mujeres de África Occidental que sobreviven a las deportaciones, intentan ganarse el pan o esperan su momento para cruzar a Marruecos y llegar a Europa. A ellas prácticamente no se las ve por las calles. A ellos —a algunos— se los ve deambulando, en busca de un trabajo en la construcción o en cualquier cosa que les pidan los argelinos. Son una…
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