*Con la colaboración de la periodista ugandesa Dicta Asiimwe
Ocurrió en Kenia, en la década de 1980. El ingeniero francés Charles Monet trabajaba en una de las fábricas de azúcar del oeste del país. Amante de la naturaleza, Monet —el nombre es un pseudónimo que le otorgaría más tarde el escritor científico Richard Preston— empleaba su tiempo libre en visitar recónditos parajes naturales de la zona. En una de sus visitas al Monte Elgon, el volcán extinto más grande y antiguo de África Oriental, el francés se adentró junto a su pareja en la cueva Kitum, una cavidad rica en sales minerales en la que solían merodear elefantes y búfalos. Lo que Charles Monet desconocía era que esa misma cueva, hoy cerrada al público, también albergaba una colonia de murciélagos de la fruta.
En su incursión, el…
Contenido solo para socios/as
Otra forma de ver el mundo es posible. Si te haces socio/a ahora, tendrás acceso ilimitado a la web. Además, recibirás ‘Agua’, el nuevo número de la revista en papel.
Suscríbete ahora