Ensayo

Afganistán: el cementerio de las esperanzas

Ha pasado un año desde que los talibanes volvieron al poder. Millones se han empobrecido. El régimen castiga a las mujeres. Y Occidente sigue sin asumir su culpa.

Afganistán: el cementerio de las esperanzas
La guerra les obligó a huir a Kabul. Cuando los talibanes llegaron a la capital, repartían papelitos con su número en busca de ayuda. Anna Surinyach

La historia no se repite. Hace un año los talibanes regresaron al poder tras dos décadas de guerra con Estados Unidos y la OTAN: reinstauraron un régimen (1996-2001) conocido por su odio a las mujeres y su autoritarismo. Ahora los talibanes siguen odiando a las mujeres y siguen siendo autoritarios, pero esto no es un viaje atrás en el tiempo: Afganistán viaja hacia un futuro incógnito en el que se mezclan los fantasmas del pasado (la resaca de la invasión occidental, los atentados, las disputas entre comunidades) y los del futuro (aislamiento político y falta de acceso a los fondos internacionales, sequías y embates del clima, aumento global de los precios). 

Pienso a menudo en lo que me dijo Abdul Bari Omar, nombrado viceministro de Salud el día que lo entrevisté en Kabul, semanas después de la vuelta de los talibanes al poder: “Afganistán está…

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