La historia no se repite. Hace un año los talibanes regresaron al poder tras dos décadas de guerra con Estados Unidos y la OTAN: reinstauraron un régimen (1996-2001) conocido por su odio a las mujeres y su autoritarismo. Ahora los talibanes siguen odiando a las mujeres y siguen siendo autoritarios, pero esto no es un viaje atrás en el tiempo: Afganistán viaja hacia un futuro incógnito en el que se mezclan los fantasmas del pasado (la resaca de la invasión occidental, los atentados, las disputas entre comunidades) y los del futuro (aislamiento político y falta de acceso a los fondos internacionales, sequías y embates del clima, aumento global de los precios).
Pienso a menudo en lo que me dijo Abdul Bari Omar, nombrado viceministro de Salud el día que lo entrevisté en Kabul, semanas después de la vuelta de los talibanes al poder: “Afganistán está…
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