Ensayo

La brecha política de Senegal

Las protestas simbolizan el grito de una sociedad atrapada entre el legado colonial y el deseo de libertad y progreso

La brecha política de Senegal
Seguidores del líder de la oposición senegalesa, Ousmane Sonko, durante una protesta para mostrarle su apoyo. Dakar, 14 de marzo de 2023. Zohra Bensemra/Reuters

Las protestas que estallaron a principios de junio en las principales ciudades de Senegal, especialmente en la capital, Dakar, han dejado la imagen de un país caótico.
Caracterizado hasta ahora por su estabilidad —algo en lo que la prensa internacional ha insistido mucho—, Senegal ha visto cómo la condena a dos años de cárcel al líder de la oposición, Ousmane Sonko, ha sido la gota que ha colmado el vaso de un enfado colectivo que se materializó con violencia en las calles del país. Las redes sociales se llenaron de vídeos que se hicieron virales: edificios en llamas, coches calcinados en medio de carreteras cubiertas de palos y piedras, cuerpos aparentemente sin vida con heridas de bala o civiles, entre ellos un menor, utilizados como escudos humanos por los policías.

La oleada de violencia se ha mitigado pero Senegal, con casi 17 millones de habitantes, sigue al borde del abismo: un nuevo brote de violencia puede provocar la ingobernabilidad del país.

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