A principios de septiembre, Polonia declaró el estado de emergencia en la zona de su frontera con Bielorrusia ante la llegada de miles de personas migrantes. A lo largo de 400 kilómetros de la línea fronteriza, una franja de tres kilómetros de ancho quedó vetada para cualquiera que no fuera residente, policía, militar o miembro de la guardia fronteriza de Polonia. Pese a que hoy ya no rige el estado de emergencia, una nueva ley aprobada por el Parlamento polaco a finales de noviembre ha permitido prolongar tres meses más la prohibición de acceso a esta frontera.
La situación ahora es muy distinta a la de hace apenas un mes, cuando llegaban imágenes de miles de personas hacinadas en el lado bielorruso de la frontera. Las llegadas se han reducido de forma drástica al compás de las presiones de la UE a Bielorrusia para…
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