Pájaros nocturnos sobre el Bidasoa

En la frontera vasca, la solidaridad con los migrantes difumina los contornos de los mapas

Pájaros nocturnos sobre el Bidasoa
El río Bidasoa visto desde Hendaya durante la bajamar al final de su desembocadura con Irún al fondo / Javi Julio

Dando saltitos sobres sus pies en la noche fría, Xabi, Aimar y Beñat son cada miércoles los gautxoris —pájaros nocturnos, en euskera— que aguardan la llegada de los últimos autobuses del día a Irún: el de las 9, que viene desde Galicia por la meseta, el de las 10, que cruza el Cantábrico, y el de las 11.15, que sube desde Madrid. No son agentes turísticos, sino voluntarios de Irungo Harrera Sarea (Red de Acogida de Irún, en euskera). Esperan a desconocidos; a los únicos pasajeros que no miran por la ventanilla buscando un rostro conocido, sino la presencia policial.

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